Crónicas de la ignominia. XXIV.
ALEJANDRO VI. El papa Borgia. Pocas personas influyeron tanto en la consolidación del anhelado proyecto confesional de la dinastía Trastámara, como el cardenal, Rodrigo de Lanzol y de Borja. Cuando se casaron los primos, Isabel y Fernando, el ladino arzobispo de Toledo, don Alfonso Carrillo, presentó una bula falsa con la dispensa papal indispensable que, aunque en el momento permitió la unión convenida, generaría los consecuentes reclamos de la Santa Sede, que la había negado en un par de ocasiones. Ahí entra en escena el diligente doctor en derecho canónico, obispo de Valencia desde mil cuatrocientos cincuenta y ocho. Para entonces ostentaba también; gracias a los buenos oficios de su tío, el papa Calixto III, la poderosa posición de cardenal diácono de Santa María en Vía Lata, sede del protodiaconado; el cargo de más alto rango en el Colegio cardenalicio. Parece otro galimatías pero, así era. Buscando el contexto de la noción de Esta...