Crónicas de la Ignominia. XX.
NICOLAS DE OVANDO Y CÁCERES. I.
Para esbozar el perfil del nuevo juez pesquisidor; enviado por sus católicas majestades a remediar el entuerto generado por el primero, ensañado con los Colon que, habiéndose apoltronado como gobernador hacia y deshacía a sus anchas, en franca contraposición a las recomendaciones reales; diremos que era también comendador, en este caso de una filial de la Orden de Calatrava, la de Alcántara.
Según la academia, la primera, fue parte muy importante de la institucionalidad en el reino de Castilla durante el medioevo. Con el apoyo de las coronas se fortaleció y consolidó un enorme poder en todos los ámbitos sociales, tan temido como el de los monarcas mismos. Inicia su devenir en el reino de León, a comienzos del siglo XII, constituida para la defensa de la Villa; llamada por los árabes Qal´at Rabah, castellanizada como Calatrava; que terminaría siendo baluarte para la protección de Toledo y las fronteras del reino, al avanzar la reconquista, conformarse definitivamente estas, y al fin la España moderna, con la derrota total de los moros, la expulsión de los últimos judíos no conversos y la extinción de los últimos vestigios de las culturas nazarí y sefardí, en la península.
Constituida según una Regla semejante a las Ordenes del Cister, con una autonomía total en materia administrativa y militar contrapuesta a los intereses particulares de los caballeros, generaba constantes disidencias y tensiones permanentes, resueltas finalmente con la creación de un Maestrazgo, que dio comienzo a su tradicional jerarquía militar y la fortaleció como defensora de la fe, crucial para las campañas de la reconquista. Tras algunas derrotas y varias victorias importantes, se expande estableciendo fortificaciones para proteger a Castilla y llegar hasta Aragón, en apoyo de Alfonso II, quien les cede el castillo de Alcañiz. Con el triunfo en la Batalla de las Navas de Tolosa, se establece su dominio y su sede, en el Sacro Convento y Castillo de Calatrava La Nueva. Desde entonces se convierte en "una de las principales instituciones militares y políticas de la península, adquiriendo vastos territorios y poder sobre sus poblaciones, en toda la meseta central..., feudos y propiedades con señorío sobre miles de vasallos, con gran autonomía frente a los monarcas de Castilla y Aragón." Finalmente nombrado el rey Fernando, mediante bula papal como Maestre de la orden, se une su liderazgo al de la corona en mil cuatrocientos ochenta y siete.
Tres lustros después mandarán a Nicolas, vasallo y súbdito leal, a investigar los desaguisados denunciados por las partes en ultramar y a tratar de dilucidar que camino tomar para evitarlos en el futuro. Se quejaban los unos y se quejaban los otros de los abusos y los desafueros de los unos y los otros, complicando la gestión de las nuevas expediciones para continuar con los descubrimientos, y es entonces cuando resuelven los católicos soberanos, implementar la temida burocracia necesaria, encomendando por el momento al comendador, la imposición de la ley y el orden en los nuevos territorios.
Hidalgo, perteneciente a una reconocida estirpe de Extremadura, que había forjado sus blasones a pulso, al servicio de las coronas; su padre, Don diego, aprendió el arte de la guerra con Juan II de Aragón, llegando a ser un célebre capitán de Enrique IV de Castilla y la madre, llamada igual, sería dama de compañía de Isabel la Católica; ingresó en la Orden de Alcántara, llegando con rapidez a comendador mayor, en reconocimiento a la lealtad inquebrantable de su familia a la causa de la infanta, durante la guerra de sucesión. Considerado idóneo para al misión, zarpó el trece de febrero de mil quinientos dos en la primera gran armada de colonización, en treinta y dos naos, al frente de dos mil quinientos españoles escogidos al azar, para hacerse cargo de la administración de La Española. Durante siete años ejerció con eficacia el cargo, tras exterminar la resistencia de los aborígenes, apreciado y respetado por sus coterráneos, como era de esperarse, tras haberles allanado el camino. Los detalles ameritan otro capitulo.
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