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Mostrando entradas de octubre, 2022

Las fundamentales.

 Las fundamentales.  En días pasados inicié la mención de mis lecturas primordiales. Primordiales por que fueron las primeras y, en cierta medida determinaron el rumbo que tomarían las venideras. Habiendo iniciado de niño con los mitos y las leyendas, las fábulas y los cuentos del Tesoro de la Juventud-que nunca dejare de ponderar-, estuve leyendo casi todo lo que caía en mis manos, con aires de epopeya o, para decirlo honestamente de aventura, de gesta heroica y libertaria. Ya confesé que me aficioné un tiempo a las pequeñas novelitas de vaqueros y, ahora que lo pienso, si mal no estoy fue por culpa de mi abuela Mercedes, quien las disfrutaba y mantenía algunas a la mano. No me arrepiento, La fuente Estefanía, sublimó en buena medida el género. Además debo reconocer que fortalecieron mi pasión y me aportaron la disciplina que requerí, mas tarde, para las que vendrían. Cuando encontré el tesoro, en la biblioteca del plantel donde haría mi bachillerato, ya podía leer sin descanso por ho

Lecturas primordiales.

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LECTURAS PRIMORDIALES.  Hace unos días, respondiendo un trino; respondo aquellos que me sacuden; les decía que a mis lecturas me han llevado, mis lecturas. Empecé a leer antes que a escribir, por que la lectura me atrapó antes de adquirir, lo que en aquel entonces se llamaba el uso de razón. Tengo incluso una anécdota al respecto, que ilustra la cuestión. Por circunstancias económicas, nuestros avatares familiares nos llevaron a trasladarnos a la alegre y tropical ciudad de Barranquilla, en el cálido caribe, durante el segundo semestre del año del señor, de mil novecientos sesentaicinco. Cursaba entonces el segundo año de mi instrucción primaria y llegue a terminar el curso, en un pequeño colegio algo sui generis, en el barrió Boston, que se llamaba, más o menos, Instituto psicopedagógico, fulano de tal. De esto hace ya casi sesenta años, además aquel sitio ya no existe, así que no puedo darles mas señas aunque quisiera. Para el caso ni falta que hace, lo importante es, que de acuerdo

Una aventura aplazada.

 Una aventura aplazada.  Ya son algunos días los que han transcurrido, tratando de iniciarla. Un solo temor, el de mi falta de pericia en estas lides tecnológicas de la informática, ha sido el óbice, no otro, pues ya he trasegado con persistencia, hace ya unos cuatro años, la brega de la palabra. Habiéndola iniciado en mi primera juventud, en aquellos años de zozobra de la adolescencia; así llamada tal vez, por que entonces creemos de todo adolecer; nunca la  asumí con el ahínco suficiente para hacerla mi oficio. Podría estar arrepentido, pero con franqueza, no lo estoy. En primer lugar no vale la pena, de nada sirve arrepentirse, nada se logra con ello, lo hecho hecho está y nada que hagamos lo podrá cambiar. Por otro lado, parafraseando la sabiduría popular, mi preferida, nunca es tarde; además puedo decir sin temor a equivocarme, que he tenido hasta hoy una vida, al menos, bien satisfactoria y, estoy empeñado en hacerla plena en la medida de mis capacidades. He construido al lado de