Crónicas de la ignominia. XXIX.

 

 VASCO NÚÑEZ DE BALBOA. II.


 Afirman los cronistas de hoy con respecto a Santa María de la Antigua del Darién, aquella mítica villa en medio de la jungla que, los sucesos acaecidos allí durante su efímera existencia, serán determinantes en los avatares aciagos que habrán de entorpecer el devenir, de las variopintas republicas hispanoamericanas resultantes de las "hazañas" de sus protagonistas. No podría estar más de acuerdo, y les voy a decir porqué.

 Una vez establecidos, el bachiller Enciso trató sin éxito de imponer su autoridad, con base en la promesa que le hiciera su socio, el adelantado de Ojeda, de nombrarle en la alcaldía del primer asentamiento en su gobernación. El taimado Balboa le había jugado una mala pasada, pues aquel lugar se encontraba en la jurisdicción de la otorgada a Diego de Nicuesa. Además ambicioso y codicioso por naturaleza aquel, mostró una avaricia recalcitrante, que terminó por voltear a favor del amo de Leoncico, a los que aun le seguían. Habiendo tratado por las buenas, quiso también por las malas y solo consiguió la animadversión del nuevo líder natural, el cual propuso la creación de un cabildo, sabiendo bien cómo en ese momento le apoyaban la mayoría de sus coterráneos, logrando ser nombrado con un aliado, alcaldes interinos.

 En el ínterin aparecen buscando a Nicuesa, Rodrigo de Colmenares en dos naves con los refuerzos solicitados para consolidar su gobernación al oeste del golfo. Nada se sabía aun del susodicho allí y siguen, bordeando la costa buscando al perdido, a quien encuentran medio muerto con apenas restos de su expedición. Resuelve renacido el gobernador de Veragua- según la Capitulación de Burgos de mil quinientos ocho- aprovechar las nuevas circunstancias y regresar a Urabá, a tomar posesión de su cargo. De algún modo, allá se enteran de sus intenciones y azuzados por Balboa le impiden desembarcar y le obligan a regresar a Santo Domingo a exponer su caso. En una deteriorada nao, con algunos allegados, zarpa tratando de volver a Nombre de Dios, fundada por él un año atrás para avituallarse pero, la providencia le pasa factura por las atrocidades cometidas en su viaje inicial y naufragan en una tempestad. La patética historia de don Diego debe ser relatada, no obstante, para mi propósito, seguiré en la Jurisdicción de la Nueva Andalucía y Urabá.

 Aprovechando la ausencia de Nicuesa, Vasco Núñez  ejercerá de facto durante tres años, confirmado por el rey al comenzar su regencia, entretanto decide quien será su pesquisidor. Entre el asalto y la diplomacia, precedido por Leoncico, se dedica en cuerpo y alma al saqueo, para amasar fortuna y enviar el quinto correspondiente a la corona, buscando desvirtuar la acusaciones de Enciso, llegado a las cortes a denunciar sus desafueros.

 Mientras les llega La Ira de Dios, vale la pena una corta mención del legendario can; hijo de otro mestizo entre mastín y lebrel, nombrado Becerrillo que anduvo con Ponce de León; del que diría un cronista de entonces: tenia "un instinto maravilloso y así distinguía entre un indio manso y uno bravo", recibía sueldo de capitán y, doble ración cuando destrozaba a los bravos. Varios de los adelantados usaron estos "perros de la guerra" en sus campañas de exterminio, como se ve,  adiestrados para fungir como implacables soldados y, en ocasiones a través de los aperreamientos, como verdugos de los "traidores" señalados. Ameritan todo un estudio completo pero, aquí nos interesan sus amos, al final  los responsables de sus actos.

 Volviendo con el amo correspondiente, lo encontramos adelantando toda una campaña, militar y diplomática, por decirlo de algún modo, junto a un aliado, el cacique Chima, quien una vez vencido, se bautiza con el nombre del rey, le entrega a su hija adolescente entre otras mujeres y se compromete con un tributo anual en oro y vituallas. El conquistador y el conquistado terminan de arrasar el territorio, mientras los colonos estriban la población sobre el fuerte de La Guardia, según designios de su alcalde mayor en propiedad y él, un mes después emprende el  "descubrimiento" y la de toma posesión del Mar del Sur en nombre de la recién consolidada corona española. En esas estaba cuando en la madre patria, por las acusaciones de sus enemigos las juntas recomiendan el sujeto para investigarlas y de comprobarse, asumir la nueva gobernación de Castilla Del oro. Sería el comienzo de las desgracias para Núñez de Balboa, que terminaría como cordero degollado, a mediados del año del señor de mil quinientos diez y nueve, por orden de quien era su suegro en ese momento, el implacable Pedrarias.

 Fueron muchos los sucesos acaecidos, durante el lustro que dura el enfrentamiento entre estos rivales. Prisiones, convenientes matrimonios, intrigas, conspiraciones, alianzas con los nativos deshonradas, traiciones entre los invasores, decapitaciones, aperreamientos y, naufragios de las naves  con los quintos correspondientes, con las noticias de los descubrimientos que, solo terminarían con el éxodo de unos cuantos sobrevivientes y la desaparición de la legendaria villa, abandonada entre la manigua. Confirmamos así la aseveración inicial pues, el comportamiento de los protagonistas de estos hechos, sentaran un precedente para la actuación de los demás conquistadores que, llegados allí tomarán rumbo al sur. 

 Para terminar debo mencionar el caso más representativo. Con Vasco Núñez de Balboa, a la hora de descubrir el Pacífico estaba un soldado, Francisco Pizarro que tras su participación en incontables entuertos y tejemanejes; incluida la prisión y la perdida de la cabeza del susodicho, consigue de Pedrarias una encomienda en Panamá que le permitirá años después, embarcarse en la conquista del Perú. Le dejo el tema a los peruanos, yo continuaré con los que desde allí, enfilaron otra vez hacia el norte, hacia el que seria el inefable país del Sagrado Corazón de Jesus.

 

 



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